Se dice que un monje, el
Beato Carlos de Foucauld (1858-1916), en el desierto, tomó una fotografía de la Sagrada Eucaristía mientras estaba expuesta. Al revelar la película apareció esta imagen del Niño Jesús. Tiempo después, Jesús le dijo al monje "Prometo enviar mis Bendiciones y mi Paz a cada Hogar donde se encuentre esta imagen".