Lecturas
Isaías 61: 1-2, 10-11
Lucas 1: 46-50, 53-54
1 Tesalonicenses 5:
16-24
Juan 1: 6-8, 19-28
La
misteriosa figura de Juan el Bautista, introducido en las lecturas de la semana
pasada, viene con más claridad en la actualidad. ¿Quién es él, que vemos en el
Evangelio de hoy, se entiende mejor por que no lo es.
Él no es
Elías regresó de los cielos (véase 2 Reyes 2:11), aunque como él se viste con
ropa del profeta (ver Marcos 1: 6; 2 Reyes 1: 8) y predica el arrepentimiento y
el juicio (ver 1 Reyes 18: 21; 2 Crónicas 21: 12-15).
No Elías en
la carne, John se envía, no obstante, en el espíritu y poder de Elías para
cumplir su misión (véase Lucas 01:17; Malaquías 3: 23-24).
Ni es Juan
el profeta Moisés predijo, aunque él es un pariente y habla la Palabra de Dios
(véase Deuteronomio 18: 15-19; Juan 6:14). Tampoco es Juan el Mesías, a pesar
de que ha sido ungido por el Espíritu desde el vientre (ver Lucas 1: 15,44).
Juan
prepara el camino para el Señor (véase Isaías 40: 3). Su bautismo es un
símbolo, no sacramental. Es un signo dado agitar nuestros corazones al
arrepentimiento.
Juan nos
muestra Aquel sobre quien el Espíritu restos (ver Juan 01:32), el que cumple la
promesa que escuchamos en la primera lectura de hoy (ver Lucas 4: 16-21). Baño
de regeneración y el Espíritu de Jesús abre una fuente que purifica Israel y da
a todos un corazón nuevo y un espíritu nuevo (ver Zacarías 13: 1-3; Ezequiel
36: 24-27; Marcos 1: 8; Tito 3: 5 ).
Juan viene
a nosotros en las lecturas de Adviento para mostrarnos la luz, para que podamos
creer en Aquel que viene en Navidad. Como cantamos en responsorial de hoy, el
Poderoso ha llegado a levantar cada uno de nosotros para arriba, para llenar
nuestra hambre con pan del cielo (Juan 6:33, 49-51).
Y como
Pablo exhorta en la epístola de hoy, debemos alegrarnos, dar gracias y orar sin
cesar para que Dios nos haga perfectamente santos en espíritu, alma y cuerpo -
que seamos irreprensibles cuando nuestro Señor venga.
No Elías en la carne, John se envía, no obstante, en el espíritu y poder de Elías para cumplir su misión (véase Lucas 01:17; Malaquías 3: 23-24).